Dios salve el disquette

Esparce el conocimiento

disquette zombie

1998 fue el año al que le dispararon al disquette. Fue un atentado cuidadosamente planeado, premeditado y con alevosía, y resultado de esto, agonizó por mucho tiempo hasta que se pudo decir que finalmente murió ¿o no fue así? Volvamos en el tiempo Doc… cerca del final del siglo 20 una empresa tecnológica, casi en quiebra, apostó por un cambio radical en su línea de productos, tan radical que sin lugar a dudas marcó un antes y un después en la fabricación y diseño de computadores: ese año vimos nacer el iMac. Pero fue con su nacimiento que también vimos fallecer a nuestro leal y flexible compañero: el disquette, o al menos eso creímos en ese momento.

De ese cruel hecho han pasado 16 años, pero a pesar de esto el icónico periférico sigue en nuestras vidas como un zombie mal alimentado. No existe del mismo modo que antes, tampoco lo ocupamos para lo que fue fabricado, ni siquiera existe en el mismo plano físico que nos tenía acostumbrados y menos aún emite el característico ruido al activarse. Sin embargo el disquette sigue vivo, sigue latiendo como un concepto abstracto de lo que alguna vez fue. Incluso me atrevería a afirmar que hoy existe gente que lo ocupa sin siquiera haberlo conocido de verdad, porque nuestro añorable disco de 1.44 MB es más grande que lo que quiso ser jamás: se transformó en un concepto y como dijo Alan Moore con su obra V de Vendetta: «las ideas son a prueba de balas».

Es un fenómeno curioso, pero completamente real. El otrora rey del respaldo fraccionado sigue junto a nosotros convertido en el concepto o acción de «guardar«. Existieron otros medios previos y por su puesto, él fue reemplazado por otros mucho mejores, más seguros y de creciente capacidad de almacenamiento, que como él nacieron, tuvieron su apogeo y muerte. Pero a pesar de esto, es él el que permanece vigente ¿por qué? ¿Nostalgia? ¿Costumbre? ¿Miedo al cambio? Quizás simplemente no hay nada mejor.

Es cierto, se empezó a ocupar en íconos para representar guardar cuando aun existía como unidad de respaldo y luego de su muerte como tal, lo hemos seguido ocupando por osmosis. Si se imaginan por un momento que el botón guardar cambiara mañana por un disco DVD (también muerto por el mismo asesino) o con el símbolo de usb ¿seguiríamos sintiendo lo mismo? ¿seguiríamos seguros que lo que estamos haciendo es guardar  los cambios del documento que editamos?

Algunos ejemplos

El disquette como tal suena a material de reciclaje o a algo completamente en desuso, pero como veremos sigue «casi» tan vigente como antes. Basta que hagamos una búsqueda en los sitios repositorios de íconos como iconfinder.com, iconmonstr.comthenounproject.com o iconspedia.com y en todos tendremos disquettes a borbotones en los primeros resultados de la búsqueda.

¿Aun no convencido?

Revisemos algunas aplicaciones y software de uso habitual hoy… y no hablo de versiones antiguas, estas son las últimas versiones actualizadas de cada uno:

Open Office 2013

Open Office 2013

AutoCad 2014

AutoCad 2014

Autocad 360-web

Autocad 360-web

Acrobat XI

Acrobat XI

3D Studio Max - 2014

3D Studio Max – 2014

chrome

Barra de herramientas para archivos PDF en Chrome

Microsoft Power Point - 2013

Microsoft Power Point – 2013

Microsoft Excel - 2013

Microsoft Excel – 2013

Microsoft Word - 2013

Microsoft Word – 2013

Proyecto Eclipse

Proyecto Eclipse

XMind - 2013

XMind – 2013 (basado en eclipse)

Futuro

Lo más cercano a su reemplazo hoy es una nube, un concepto aun más abstracto, pero mucho más antiguo (en este caso para representar internet). Si lo pensamos bien, ya casi no guardamos las cosas en discos físicos (gracias Apple) y los servicios que nos ofrecen guardar en la nube proliferan como hongos luego de la tormenta. Aquí ya no existen disquettes y las nubes redonditas están a la orden del día, ni siquiera usamos el guardar y se han reemplazado por conceptos como descargar o subir. Quizás ese es el nuevo camino y para allá apuntan la mayoría de los computines.

Conclusiones

El disquette está muerto, lo sé. Lo asumí el día que vi la iMac por primera vez y no tenía unidad disquetera por ninguna parte.

Es bonito el compu ¿pero qué hago con los 18 disquettes que ocupo para instalar Freehand?~ yo mismo

Es probable que el disquette siga con nosotros un tiempo más, del mismo modo que un ícono de cinta de 35mm la asociamos con cine cuando ya todo es digital o un ícono de cámara réflex en la app del teléfono no guarda ninguna relación con la realidad del dispositivo que llevamos en el bolsillo. Tenemos tan arraigados estos conceptos que será difícil erradicarlos por completo. No nos olvidemos que originalmente en inglés guardar se tradujo desde la palabra save (salvar) y quizás eso quiere el disquette: que nosotros le devolvamos la mano y lo salvemos de la extinción.

Si hoy necesito dar a entender a un usuario que la acción que va a realizar es guardar localmente un documento, la ruta más segura de lograrlo sigue siendo nuestro disco flexible. O quizás soy un testarudo, no lo sé. De lo que si estoy seguro es que Apple no mató al disquette, Apple lo convirtió en un mártir.


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About Julio García

Dibuja desde que tiene memoria y se ha dedicado al diseño web desde 1999. El año 2008 asistió al "Usability Week" que organiza Nielsen Norman Group y desde entonces es un entusiasta de la experiencia de usuario y el diseño de interacción. Es el orgulloso simio alfa en Ando Con Los Monos y lo puedes encontrar en LinkedIn.

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